Clubhouse: qué podemos aprender de la app de moda

¿Quién NO ha oído hablar a día de hoy de Clubhouse? Recalco el “no” porque seguro que, incluso si no sabes de qué va esta nueva red social, habrás escuchado o leído su nombre en las últimas semanas. Pero ya te adelanto que este post no es una guía básica de uso de la aplicación; eso lo encuentras fácilmente en otros blogs o medios sobre tecnología, o en YouTube, donde hay mucho contenido y muy bueno. Tampoco es este un post de recomendaciones sobre charlas que no te puedes perder o usuarios a los que tienes que seguir; si has tenido la suerte de ser invitado a la app, mi consejo es que te sumerjas en el menú EXPLORE y, como su nombre indica, explores todos los clubes y las salas donde se habla de los temas que te interesen. Así que, en mi afán por ser un poco original y no contarte lo mismo que puedes encontrar en la Red a golpe de click, quiero compartir contigo cuatro aprendizajes que me he llevado investigando sobre Clubhouse. Antes, déjame que haga una introducción a la app por si, como decía al principio, solo te suena su nombre.

¿Qué es Clubhouse?

Clubhouse es una nueva red social basada únicamente en el audio, donde los usuarios se reúnen en salas virtuales para escuchar y participar en conversaciones de todo tipo, que tratan sobre temas muy diversos y se producen en tiempo real. Por ahora sigue en fase beta (o sea, en pruebas), razón por la que de momento solo está disponible para dispositivos iOS (iPhone y iPad) y se accede por invitación. La compañía cumple este mes de marzo su primer año de vida y recientemente ha cerrado una ronda de financiación tras la que ha sido catalogada como empresa “unicorn” (si te conectaste a la mesa redonda online sobre financiación de proyectos de nuestros ex-starters Bea y Yago, sabrás a lo que me refiero), es decir, valorada en 1.000 millones de dólares. Y ha sido en lo que llevamos de año que su popularidad se ha disparado fuera de los Estados Unidos, especialmente después de que personalidades como Mark Zuckerberg o Elon Musk se hayan dejado ver (oír, mejor dicho) en algunas salas.


Creo que en esta introducción ya se pueden intuir varias de las claves de Clubhouse que voy a señalar a continuación. Entonces, ¿qué podemos aprender de Clubhouse?

1. Encuentra una necesidad que satisfacer y aporta valor

Una de las cosas que más nos repiten cuando nos lanzamos a emprender es que nuestro producto o servicio tiene que satisfacer una necesidad existenteo, en su defecto, crearla para así poder satisfacerla. Pues bien, podemos decir que Clubhouse ha encontrado en el audio el medio para ello. Pero apostar por el audio no es por supuesto ningún hito, pues ahí están los podcasts que tan fuerte vienen pisando en los últimos años y en los que todos vemos una clara ventaja: te permiten consumir un contenido al mismo tiempo que realizas otra tarea o actividad. Pero en Clubhouse han ido un par de pasos más allá.

Por un lado, han hecho de la bidireccionalidad uno de los pilares de la plataforma. ¿Cuántas veces has dejado un comentario o mensaje directo a algún influencer y nunca has recibido respuesta por su parte? ¿Cuántos anuncios y hastags has tenido que incluir en tu perfil para que empiece a recibir visitas? En Clubhouse basta con que entres a una sala y pidas el turno de palabra para que otros usuarios te conozcan y se den cuenta de todo lo que puedes aportar.

Por otro lado, todo el contenido que se genera es efímero. ¿Cuántas veces has hecho un scroll rápido en redes sociales y te has guardado varios posts para leerlos más tarde? ¿A cuántos de los webinars a que te has apuntado no te has conectado al final porque después te enviarían el vídeo? Y la pregunta del millón, ¿cuántas veces has encontrado el momento para volver a ese contenido y consumirlo en diferido? En Clubhouse no hay un feed o timeline, ni una sección “a la carta”, donde poder acceder a la grabación de las charlas que ya han terminado; si no estás en la sala mientras tiene lugar la conversación, te la has perdido para siempre.

Así, en un entorno saturado de imágenes, textos y contenido a la carta como en el que vivimos, Clubhouse ha encontrado su valor diferencial en la vuelta al origen de la comunicación: la voz, aquí y ahora. Esto me lleva a mi segunda reflexión.

2. Cuando llegue el momento, seguramente será el adecuado

Como he mencionado anteriormente, Clubhouse fue lanzada hace ahora un año, en marzo de 2020, justo cuando el coronavirus se extendió a todo el mundo y los confinamientos empezaron a sucederse. Desde entonces, nuestras interacciones sociales se han visto afectadas drásticamente y en la mayoría de los casos tienen lugar online. Asimismo, el contacto con otras personas de fuera de nuestro círculo cercano, que antes se producían en entornos académicos o profesionales, también se ha visto limitado a las videollamadas o, en el peor de los casos, el acceso a ellas se ha reducido a su aparición en los medios o en las redes. Y, además, la mayor parte de nuestras actividades diarias (estudio, trabajo, ocio) las realizamos frente al ordenador. Por eso, en esta situación, parece que el 2020/2021 ha sido el mejor momento para lanzar una plataforma que nos permite interactuar con otras personas (y no solo consumir su contenido de forma pasiva) sin tenernos pegados a una pantalla.

Pero el nacimiento de Clubhouse se encontró con los efectos del coronavirus por casualidad. Sus fundadores, Paul Davison y Rohan Seth, no eligieron el inicio de la pandemia para lanzar la aplicación, simplemente era EL momento en el que por fin podían hacerlo, con la suerte de que las circunstancias les beneficiaron. De nuevo, esto me lleva a la siguiente reflexión.

3. A la tercera no siempre va la vencida, pero no dejes de intentarlo

Antes de empezar a desarrollar lo que hoy es Clubhouse, Davison y Seth pasaron casi una década trabajando alrededor de la idea del audio y la comunidad. Por separado, llevaron a cabo distintos proyectos relacionados con la creación de podcasts y con conectar personas. Estos proyectos se materializaron en diferentes aplicaciones que no acabaron de funcionar. A finales de 2019 decidieron dar, en sus propias palabras, “una última oportunidad” a las apps móviles. Unos meses más tarde registraban a los primeros usuarios de Clubhouse, todos ellos amigos y conocidos, para pedirles feedback y empezar así despacio y de manera controlada a construir la comunidad. Sin embargo, sus intenciones no se cumplieron, pues empezó a correr la voz y pronto se disparó el número de nuevos usuarios.

4. Tus contactos son valiosos, cuídalos

Paul Davison y Rohan Seth se conocieron en 2011, cuando ambos trabajaban en Google, y enseguida conectaron por su interés común en las redes sociales. Al cabo del tiempo los dos empezaron a trabajar para otras empresas y fueron perdiendo el contacto. No fue hasta 2019 que Davison retomó la relación con Seth al enterarse de que este había creado una asociación para la investigación de enfermedades genéticas como la que padecía su hija recién nacida. Y de este reencuentro surgió la idea de Clubhouse.


Si quieres conocer mejor a Paul y Rohan, solo tienes que buscarlos en Clubhouse como @paul y @rohan. Podrás unirte a las múltiples charlas que programan y hablar directamente con ellos. Además, cada cierto tiempo organizan sesiones de bienvenida para los nuevos usuarios, donde ellos mismos explican todo lo que necesitas saber sobre la app.

¿Y tú, estás ya en Clubhouse? Si es así, cuéntanos, ¿qué te parece esta nueva red social? ¡Puedes dejarnos tu opinión en los comentarios, te leemos! ¡Ah, y no olvides suscribirte a nuestra newsletter para estar al tanto de todo lo que hacemos!