Uno de los objetivos comunes de las personas que empiezan a emprender es que su startup llegue a ser lo más innovadora posible y, para ello, esta debe funcionar de la forma más tecnológica posible y conseguir así una ventaja competitiva respecto al resto de empresas.
Y pensarás: “sí, sí… la innovación es fundamental, pero carezco de conocimientos para poder subirme al carro de la disrupción”. No te preocupes: esta inquietud es genérica en el mundo del emprendimiento, por eso vengo a hablar de los Smart Contracts, una de las múltiples posibilidades que ofrece Blockchain y que sustituye a los contratos tradicionales: elimina los intermediarios, agiliza las transacciones y reduce los costes.
Suena bien, ¿verdad? ¡Veamos de qué tratan y qué aplicaciones tienen! No obstante, si todavía no lo has hecho, te recomiendo que visites antes este post donde hablo sobre el Blockchain, la tecnología base de estos contratos inteligentes.
DE LOS CONTRATOS TRADICIONALES A LOS SMART CONTRACTS
Antes de comenzar a explicar qué son los Smart Contract, primero hemos de recordar qué es un contrato tradicional, es decir, un acuerdo entre partes donde quedan reflejadas sus cláusulas: qué objetivo tiene, qué requisitos son necesarios para alcanzarlo, qué riesgos asumen las partes si no se cumple lo establecido, etc.
En otras palabras: un documento escrito que recoge las reglas del juego de una interacción X, aceptadas previamente entre los entes participantes y contrastadas por un notario. Aquí reside el kit de la cuestión: los smart contracts tienen como objetivo automatizar las relaciones contractuales entre personas y/o empresas, eliminando la intervención de un intermediario de confianza y reduciendo así los costes, tanto monetarios como temporales.
LOS SMART CONTRACTS
Los smart contracts son el resultado de la tecnologización de los trámites legales: sustituyen los documentos escritos e impresos redactados con un lenguaje verbal, por programas informáticos basados en la tecnología Blockchain que autoejecutan contratos sin que intermedien terceros.
Los contratos inteligentes utilizan lenguajes de programación: se tratan de “scripts” (códigos informáticos), por lo que los términos del contratos son sentencias y comandos. De esta manera, las cláusulas de la transacción entre entes quedan recogidas mediante scripts.
Por otro lado, los smart contracts pueden, además de recoger información como “input”, procesarla mediante las condiciones establecidas y adoptar cualquier medida necesaria para cumplir el contrato . Pongamos un ejemplo:
María compra un vuelo de Madrid a Alicante para visitar a Pepita con una aerolínea X y contrata un seguro de retraso o cancelación a través de una plataforma Y basada en blockchain, que recoge las cláusulas del seguro en un smart contract.
Llega el día tan esperado por María y se monta en el avión. Cree que el reencuentro con Pepita será poco después de las 14:00h, hora fijada por la aerolínea X para el aterrizaje. No obstante, durante el vuelo surgen una serie de complicaciones que hacen que María y Pepita no puedan darse un abrazo antes de las 16:00h.
Después del reencuentro, María accede a su portal bancario y comprueba que, efectivamente, a las 14:30h, se le ha abonado el importe íntegro del vuelo, condición que firmó mediante un smart contract si se retrasaba el vuelo más de 30 min de la hora prevista. Gracias al dinero recibido de forma instantánea, María ha podido invitar a su amiga Pepita a una buena paella y, de paso, celebrar la revolución que protagonizará en un futuro muy próximo la LegalTech.
CARACTERÍSTICAS DE LOS SMART CONTRACTS
AUTOMATIZACIÓN
María pudo obtener de forma inmediata el dinero del vuelo gracias a que los smart contracts se autoejecutan cuando se cumplen las cláusulas definidas en el momento de la firma. En el contrato se concretó previamente que si (A) El vuelo aterriza después de las 14:30 horas, entonces (B) El abono del importe del vuelo se devuelve de forma íntegra al cliente. De esta manera, se eliminan los turbulentos trámites de reclamar, esperar y recibir el importe en las semanas siguientes.
VALIDEZ
Un smart contract tiene validez sin necesidad de una autoridad central o intermediario. ¿Cómo? Esto es debido a su naturaleza: su código es visible y aceptado por todas las partes implicadas, con lo que la posibilidad de error se reduce a 0. Y, como se basa en la tecnología Blockchain, los datos no pueden modificarse una vez hayan entrado en la cadena de bloques y adquieren un carácter transparente, descentralizado e inmutable.
RIESGOS REDUCIDOS
Los contratos tradicionales pueden dar pie a la interpretación, ya que se basan en unas condiciones escritas con un lenguaje verbal. Sin embargo, los smart contracts, al regirse con códigos, el factor humano no puede intervenir en su manipulación , ya que si ocurre (A), entonces el programa actuará según lo pactado y ejecutará (B). No habría nada más que hablar.
APLICACIONES DE LOS SMART CONTRACTS
Los ámbitos de aplicación de estos smart contracts son innumerables. Los negocios pueden aprovechar estos mecanismos transparentes para optimizar desde el proceso productivo hasta el envío de la mercancía. Pongamos un ejemplo: Raquel compra mercancía J y abona un determinado importe. Este dinero quedaría bloqueado en el programa y la empresa no recibiría el importe de la mercancía J hasta que el programa recibiera el aviso de que Raquel ha recibido su producto. Además, Raquel podría comprobar que la fabricación de esta mercancía se fabrica de la forma en la que se le informó, ya que podría acceder a todos los datos relativos a la cadena productiva.
Otra de las aplicaciones de esta tecnología podría ser el alquiler de viviendas: con cerraduras digitales, el propietario podría bloquear el acceso al domicilio hasta que no se efectuara el pago, sin necesidad de intermediarios, tribunales ni otros trámites legales engorrosos. Y así podríamos continuar poniendo ejemplos aplicados a todos los sectores de la vida cotidiana…
¿SE ESTÁN ACEPTANDO CON FACILIDAD?
No cabe duda que los smart contracts suponen toda una revolución en las relaciones contractuales entre personas y empresas y permiten la obtención de grandes beneficios. No obstante, todavía son muchas personas las que no se fían de esta praxis y son reticentes a incluirlas en sus empresas. Otras, en cambio, piensan que es el fin de la humanidad ya que sustituirán al factor humano. Si bien es cierto que estos mecanismos sustituirán trabajos realizados por las personas, surgirán otros trabajos en torno a los procesos mecanizados, y podrán complementar y evolucionar el mundo legal y tecnológico a niveles inimaginables.
Todavía queda mucho camino a recorrer hasta que los smart contracts se conviertan en una realidad visible y generalizada, porque para ello todavía es necesario una legalización digital de estos trámites, pero ya es una realidad y muchas startups han comenzado a utilizarlos para sus transacciones. Os animo a seguir investigando sobre el tema y, sobre todo, a no apartarlo de la vista, ya que en un futuro próximo, los smart contracts serán un proceso más de nuestras empresas.
¡Gracias por leernos! Nos vemos en la próxima entrega, si no queréis que se os pase, no olvidéis suscribiros a la Newsletter 🙂