En el mundo altamente tecnológico en el que vivimos hoy en día, algunas personas han dominado el arte de captar la atención en línea. A través de un contenido publicitario constante y atractivo, consiguen no solo venderles productos o servicios, sino que generan dinero para ellos mismos. Estos maestros del marketing, son popularmente conocidos por los términos gurús de internet o influencers. Su habilidad para influir en las decisiones de compra de sus audiencias los convierte en valiosos aliados para marcas y empresas que buscan promocionar sus productos en el vasto mercado digital.
Durante cierto tiempo, estas personas solían ser actores o Youtubers. Sin embargo, durante los últimos años aplicaciones como Tik Tok o Instagram han adquirido millones de usuarios, por lo que adolescentes y adultos con vidas totalmente comunes, a través de fotos o videos de bailes, rutinas diarias o viajes se han viralizado, adquiriendo una influencia monumental sobre el resto de los usuarios.
Estos gurús, generan interacciones con sus seguidores mediante contenido a través de las redes sociales. Gradualmente, a medida que aumentan su base de seguidores, atraen la atención de diversas empresas, desde marcas de cosméticos y productos alimenticios hasta clínicas de cirugía estética. Estas empresas los buscan para que promocionen sus productos y servicios a través de sus plataformas, incentivando a los usuarios a realizar compras que, en muchos casos, pueden no ser esenciales.
La pregunta es, ¿cómo consiguen tener tanto poder sobre la gente?. La respuesta es tan sencilla como vender una vida irreal. A menudo comparten experiencias y productos que parecen estar fuera del alcance de la mayoría, como viajes a destinos exóticos, productos de belleza que prometen una piel perfecta, o visitas a los restaurantes más exclusivos a precios que describen como asequibles. Esta representación de un estilo de vida lujoso y accesible puede crear una percepción distorsionada de la realidad para sus seguidores..
La influencia de estos gurús digitales se extiende particularmente entre los jóvenes, aunque es notable que un número creciente de adultos también se vea impactado, ya que ven una vida ideal que a ellos mismos les gustaría poder tener y dado a que no lo tienen, generan una adicción a vivir la vida de los influencers a través del móvil e intentando ser cada día más como ellos.
Lo verdaderamente preocupante es la creciente oleada de creadores de contenido que prometen revelar los secretos para alcanzar la riqueza, la belleza y la perfección, similares a los que ellos proyectan, donde la mayoría son adolescentes que se han hecho famosos a través de generar polémicas o adultos que vienen de realitys basados en lo estético, los cuales han dejado los estudios. Este fenómeno contribuye a difundir entre los jóvenes la idea de que la educación y el trabajo convencional son innecesarios para el éxito, promoviendo la percepción de que existe una ruta alternativa de «dinero fácil» a través de la fama en internet.
Con esto no digo que no haya que usar las redes sociales, simplemente evitar influenciarnos y ser conscientes que no todo lo que dicen es verdad, ya que ellos dirían cualquier cosa con tal de no perder su popularidad y ganar seguidores.