Nunca nadie dijo que emprender fuera fácil; es más, es una carrera para los más valientes, aquellos capaces de resistir todos los contratiempos que se interpongan en el recorrido y de no desmotivarse ante las múltiples barreras que podrían presentarse.
La diferencia entre quienes consiguen acercarse a la meta del emprendimiento y quienes deciden abandonar es la presencia de una habilidad en concreto: la resiliencia.
Esta es la capacidad de no hundirse ante la adversidad y de utilizar cada fracaso como un impulso hacia el camino correcto.
Ser resiliente es la clave para superar cada dificultad que se interponga entre nosotros y el éxito; es la herramienta que nos llevará hacia donde queramos llegar.
Más adelante en este artículo se tratará de observar cómo cultivar este recurso para utilizar cada derrota a nuestro favor y se analizará la experiencia de ciertos emprendedores inspiradores que, al implementar esta facultad, fueron capaces de alcanzar su sueño.
El fundamento de la resiliencia es convertir cada derrota en una lección, tratar los momentos difíciles como experiencias de aprendizaje y sacar el lado positivo al salir fortalecidos tras los obstáculos en el camino.
Al aplicar estas bases, formamos una mentalidad optimista y enfocada en el crecimiento, la cual, en vez de perder la motivación, la incrementa ante un cambio de planes.
De todos modos, esto no es un rasgo innato en el ser humano; es algo que se puede trabajar y que, con esfuerzo, llega a aplicarse automáticamente en nuestro día a día.
Algunos de los métodos que podemos utilizar para alcanzarlo son: en primer lugar, cuidar nuestra propia fortaleza, preocupándonos por nuestra salud no solo física, sino también mental, y asegurándonos de cubrir todas nuestras necesidades adecuadamente para poder enfrentarnos a retos con la suficiente energía y claridad.
Adicionalmente, tratar de no cargar con todo el peso del conflicto sobre nuestras espaldas puede ser de gran ayuda; apoyarnos en nuestro círculo de familia y amigos es esencial para ganar tranquilidad y actuar con mayor determinación. Sentirse escuchado facilita aclarar las propias ideas y encontrar salida a problemas que antes parecían no tenerla.
El realismo es otro factor que debe estar presente en este concepto: establecer metas realistas es esencial para sentir cada pequeño logro como una victoria y poder avanzar hacia objetivos mayores. El sentimiento de frustración se ve aliviado de esta manera y ayuda, con resiliencia, a alcanzar metas que parecían muy lejanas.
Por último, otro elemento crucial es la adaptabilidad; es fundamental saber cuándo hay que cambiar de rumbo. Dado que cada contratiempo nos cierra una puerta incorrecta, estar listos para nuevos comienzos y actuar de manera diferente para obtener otros resultados es necesario para encontrar el método acertado.
El poder de la reflexión es enorme cuando tratamos de no volver a caer en las mismas equivocaciones. Es crucial analizar cada paso que debemos cambiar para que el fracaso desemboque en una buena enseñanza. La experiencia es lo que nos hace sabios, y fallar es inevitable para aquellos que desean llegar más lejos.
Estos son algunos casos de emprendedores que, en el camino hacia el éxito, encontraron ciertos obstáculos que, en efecto, los catapultaron a esa brillante idea de negocio eficaz.
El primero de estos perseverantes emprendedores es Howard Schultz, fundador de Starbucks. Tras crecer en un entorno económicamente limitado, fue fiel a su visión de crear una experiencia de café de alta gama, algo que no era conocido en Estados Unidos; dejó su puesto de trabajo estable para volcarse en su proyecto y superó con creces la crisis de 2008.
Otro ejemplo a destacar es Elon Musk, quien, aunque hoy lo conocemos como un caso exitoso, estuvo cerca de la bancarrota con SpaceX y Tesla, fallando en múltiples lanzamientos con la primera de estas empresas. Aun así, abordó los desafíos de manera innovadora y se convirtió en un icono de la visión a largo plazo.
Por último, Steve Jobs, quien vivió situaciones como ser despedido de su propia empresa. Sin embargo, utilizó estos impedimentos para crecer; en este caso en específico, compró Pixar y fundó NeXT, lo cual le labró el camino de vuelta a Apple.
En conclusión, la resiliencia es una competencia clave para sobrevivir en el mundo del emprendimiento. Para construir algo valioso, a veces es necesario fracasar muchas veces, y para superar esto, se necesita una fortaleza y positividad que no nos permita rendirnos.