“¡Aquí hemos venido a viajar!”. Así acaban su presentación Flor Blázquez y Sandra Llopart en la página web de Le Periplo, la marca de guías de viaje que han creado fruto de las pasiones que comparten. Pero con viajar ellas se refieren más bien a conocer ciudades de manera “inspiracional, experimental y visual”. Nos lo cuenta en esta entrevista Flor, co-fundadora y encargada de la fotografía de Le Periplo. De cómo conoció a su socia y de la experiencia de emprender también le preguntamos a esta madrileña, licenciada en Sociología (por la Universidad Carlos III, precisamente) y creativa de profesión.
¿Qué es Le Periplo? ¿Por qué ese nombre para la marca, qué significa?
El nombre fue lo último que se decidió, pero lo que estaba claro era la propuesta de explorar una ciudad a través de un recorrido en el que tú te fueras encontrando diferentes cosas: una tienda, un restaurante, una cafetería, una bonita localización para fotografiar. Eso se reducía a contar nuestras experiencias, nuestro periplo, y de ahí salió el nombre. El “le” se lo pusimos como un guiño a Francia, porque nos gusta a las dos, y para dar al nombre una distinción, que tuviera un poco de gracia y sonara bien. Pero se decidió ya a los tres o cuatro meses de estar trabajando en maquetación, diseño editorial…
Ya lo has anticipado, pero, ¿qué diferencia a vuestras etravel guides de las guías tradicionales?
Nuestras guías, aunque tú puedes hacer como quieras, cuentan un recorrido por las diferentes zonas de una ciudad en las que vas a tener un montón de estímulos. Porque, al final, lo que hacen las guías de viaje normales es ponértelo todo junto (todos los hoteles, todos los restaurantes, todos los monumentos emblemáticos) y eres tú quien tienes que planificarte según donde quieras ir. Además, Le Periplo tiene mucho peso visual, mucho peso de fotografía y de diseño gráfico, y el contenido es muy elocuente, muy directo y muy sencillo, porque queremos contarte las cuatro cosas que tienes que saber para que tú puedas experimentar.
«Era una oportunidad para crear algo de cero, algo diferente»
Flor Blázquez
¿Cómo os pusisteis en contacto Sandra y tú?
Sandra y yo no nos conocíamos. Ella, que es diseñadora gráfica, me contactó a través de Instagram porque le encantaban las fotos que hacía de mis viajes, y me propuso hacer algo que tuviera que ver con la fotografía y el diseño gráfico. Yo por entonces iba a dejar mi trabajo y a formarme en serio, porque era autodidacta, en diseño gráfico. Así que le dije que era una oportunidad para aunar todo eso (fotografía, diseño gráfico, diseño editorial) y crear algo de cero, algo diferente. A ella también le gusta mucho viajar, entonces pensamos: “¿Por qué no hacemos guías de viaje?”.
¿Así que ella no traía ya en mente un proyecto como Le Periplo?
No, la idea de Le Periplo surgió sobre la marcha. Los primeros meetings por Skype eran del tipo: “Bueno, ¿tú qué has pensado? Yo he pensado esto”. Las dos coincidíamos en el tema de los viajes, de la necesidad de enfocarlos de una manera diferente. Además yo, que estoy más familiarizada con Instagram, notaba que a la hora de viajar la gente siempre suplicaba tips. Y es que, al final, el viaje es un insight muy importante actualmente. Se ve como una experiencia de lujo en la que ya no quieres ser un turista típico, sino un conocedor, un cosmopolita; quieres mimetizarte con la cultura de esa ciudad, ir a los cafés a los que irías si vivieras allí. Y las dos tenemos muy presente que tú cuando viajas buscas los sitios, no que están de moda, sino que son un referente en interiorismo o en gastronomía, sitios donde confluye toda la cultura.
«La finalidad era que Le Periplo viera la luz, porque no era un proyecto personal, era un trabajo»
Flor Blázquez
Y, ¿por qué emprender en el momento en que lo hicísteis? ¿Encontrasteis un nicho de mercado o simplemente sentisteis que Le Periplo tenía que ver la luz?
Al principio íbamos a hacer guías completamenre digitales, que no nos supusieran a nosotras ningún coste inicial. Pero cuando, después Brighton, hicimos Ámsterdam, Oporto y Aveiro (las cuatro guías de lanzamiento), dijimos: “Esto no se puede quedar sólo en un archivo PDF descargado en un ordenador, esto tiene que salir a la luz también en formato físico”. Sobre todo por aquellas personas que iban a valorar la fotografía de Le Periplo y a considerar un poco las guías como piezas artísticas con las que hacerse una colección en su librería, o como inspiración para viajar en su propio beneficio (para animarse a hacer fotos, si son fotógrafos amateur; o para animarse a conocer la comida típica del lugar, si son personas a las que les gusta comer).
Evidentemente, en todo momento la finalidad era que Le Periplo viera la luz, porque no era un proyecto personal, era un trabajo (y a día de hoy lo sigue siendo). Nosotras nos autoeditamos, nosotras ponemos el dinero… Son ocho horas diarias de trabajo, que no nos repercuten ahora mismo unos beneficios para vivir de ellos pero sí para seguir con Le Periplo.
¿Cómo es emprender en un sector que se mueve entre lo literario y lo turístico?
Realmente, no nos hemos planteado nunca en qué sector nos estamos metiendo. O sea, sí, hay un montón de blogs de viajes y un montón de guías de viaje. Lonely Planet es el referente, y además sus guías son baratísimas, porque su capacidad económica para hacer millones de copias hace que el coste inicial sea bajo. Pero, aún así, conociendo esos hándicaps o posibles limitantes, somos dos personas a las que les gusta el arte, y como nosotras hay muchas. Hay un nicho, un target que es como nosotras y que va a valorar nuestro trabajo.
«La autoedición era una vía para no retrasar el lanzamiento y que Le Periplo naciera con nuestra esencia»
Flor Blázquez
¿Por qué optásteis por la autoedición?
No hemos descartado pedir ayuda a editoriales para el tema de la financiación y la distribución, pero al principio la autoedición era una vía para no ralentizar el proceso de lanzamiento. Las editoriales, que no todas contestan, muchas veces además “meten mano” en el diseño o en los valores de la marca, y queríamos que Le Periplo naciera con nuestra esencia. En un futuro, si llega una editorial a la que le encanta el proyecto y propone una negociación, nosotras encantadas, pero queríamos que los inicios de Le Periplo fueran nuestros.
Y, ¿qué ventajas e inconvenientes os habéis encontrado?
La autoedición es muy complicada porque no todas las imprentas están dispuestas a fabricar pocas unidades y ajustar precios. De hecho, no estamos como las guías normales en doce o quince euros, aunque al final nuestras guías tampoco valen eso. En Le Periplo hay horas de trabajo en fotografía, ilustración, iconografía, pictogramas… No es lo mismo, entonces al final aceptamos que el coste inicial sería alto. Pero es que el dinero al final es un limitante de la creatividad, así que quisimos intentarlo y tirar para adelante, mientras que pudiéramos comer, claro.
Si en algún momento una editorial nos llamara o contactáramos nosotras a una editorial y nos dijera que sí, se valoraría. Pero, a día de hoy, si hubiéramos tenido que depender de una editorial, a lo mejor Le Periplo aún no habría salido. Y hay que estar en el momento justo, porque las cosas tienen éxito muchas veces no sólo por su resultado final, sino por el momento en que se lanzan. Y algo nos decía que tenía que ser ya.
¿Cómo está funcionando Le Periplo?
Le Periplo ha tenido una acogida muy buena y se ha vendido, que es lo que ha hecho que nosotras sigamos trabajando y que la marca de momento siga creciendo, poquito a poco porque somos dos, pero que siga creciendo.
Ahora mismo tenéis tres puntos de venta física, dos en Madrid y uno en Barcelona. ¿Contactasteis vosotras con estas tiendas o se pusieron ellas en contacto con vosotras?
Las contactamos Sandra y yo, porque queríamos estar en concept stores y librerías diferentes seleccionadas por nosotras. En Madrid estamos en Nakama Lib y Rughara. Nakama Lib, que está especializada en libros ilustrados y libros feministas, nos pareció una librería muy interesante porque al final somos dos mujeres emprendedoras lidiando actualmente con un montón de cosas, aunque el emprendimiento en España sea complicadísimo para hombres y mujeres por igual porque está muy mal planteado. Luego está Rughara y su dueña, Vanessa, que es encantadora y apoya a emprendedores. Y Chándal, en Barcelona, otra concept store que llevan dos chicas.
No hemos buscado más tiendas porque, realmente, el mayor porcentaje de ventas lo tenemos en nuestra web. Lo tenemos ahí porque creo que a la gente le gusta que las guías salgan de la casa. Y a las librerías y concept stores mandamos sólo unas poquitas unidades para tener visibilidad, para que la gente tenga también un sitio de referencia donde pueda ir a verlas y tocarlas. Eso es importante. Además, para ampliar los puntos de venta es necesario fabricar más unidades. Y muchas tiendas, o no las compran, o las dejan en depósito y hasta que no las venden no pagan. Es todo más lento.
¿Comparten estas tiendas los valores o la filosofía de Le Periplo?
Sí, y es guay porque se crean sinergias con la gente que está detrás. Al final, las facilidades que te dan esas personas que saben lo que cuesta emprender son el apoyo necesario para que las cosas salgan adelante.
¡Si te ha gustado esta entrada y quieres seguir descubriendo nuevas startups y su historia, no olvides suscribirte a nuestra Newsletter para recibir cada dos semanas todas las noticias del blog, junto a ofertas de trabajo, noticias del sector y mucho más!