FINANCIACIÓN PARA STARTUPS

Son muchos los obstáculos con los que nos podemos topar en el camino hacia desarrollar una startup, y la financiación inicial es uno de los más importantes. Conseguir recursos económicos adecuados puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu proyecto. En este artículo observaremos las principales fuentes de financiación, cómo preparar un pitch efectivo, errores comunes que debes evitar y cómo gestionar tus recursos en la etapa inicial.

Las opciones de financiación son diversas; todo depende de las condiciones y el entorno en el que nos encontremos.
Utilizar capital propio puede ser una opción que nos mantenga en menor incertidumbre; sin embargo, el riesgo es elevado y serían los ahorros personales los que sufrirían directamente.
Si no queremos ser los únicos expuestos al riesgo, entonces es hora de plantearse confiar en los FFF (Family, Friends, and Fools). Recurrir a tu círculo de confianza puede ser ideal cuando no es posible utilizar tu propio capital o no quieres asumir el riesgo.


Dirigiéndonos hacia opciones menos arriesgadas, encontramos a los Business Angels, individuos que disponen de capital suficiente para invertir en startups y que, gracias a su gran experiencia, intuyen cuáles serán buenas ideas de negocio. Más tarde, estos se convierten en accionistas de las empresas. No es fácil encontrar una idea tan brillante como para que sea financiada, pero es posible.
Relacionado con esto, encontramos el Venture Capital, fondos que buscan financiar a esta clase de empresas cuando la proyección a futuro es favorable. Aun así, esta opción no ofrece la misma libertad que ganamos al utilizar fondos propios, ya que se cede algo de control sobre el negocio.
Por último, existen opciones como el crowdfunding, los préstamos bancarios o los concursos de emprendimiento, que premian ideas innovadoras con capital.

Tal vez la clave para optar por algunas de estas opciones sea tener un pitch efectivo que capte la atención.
Lo principal es tratar de ser claros sin perder el punto de impacto. Por ejemplo, empezar con una frase curiosa o con cierto enganche puede ayudar a mantener la atención del receptor. Tras haber conseguido esto, podemos comenzar a desarrollar nuestra idea. Ser concisos es otro punto a considerar; describir el modelo de negocio y explicar cómo los inversionistas recuperarán sus fondos es clave.
Es esencial dar datos concretos, como cifras sobre la proyección a futuro en las finanzas, el crecimiento de la industria u otros factores de interés.
Además, practicar el pitch es necesario si quieres ganar la soltura necesaria para ser convincente, breve y eficaz.

Para lograr el éxito en este campo, hay varios errores comunes que debemos evitar. Tener vacíos en nuestro programa o falta de información genera desconfianza y te alejará de conseguir la financiación que necesitas. Si no tienes clara tu propia idea, nadie la tendrá; se necesitan datos más que promesas.
Antes de aceptar fondos, analiza detalladamente la propuesta. No dejes que te engañen otros con más experiencia; debes tener cuidado de no perder demasiado control sobre tu negocio. Es importante estar atento a los detalles.
No cualquier financiación es buena; los inversores experimentados en tu sector son los adecuados para guiarte por el buen camino. Ten paciencia y deja que llegue la oportunidad ideal; no te conformes con opciones mediocres.

¿Cómo debes actuar una vez que la oportunidad que esperabas llame a tu puerta? Aquí comienza el verdadero reto: hay que mantenerse centrados y confeccionar un plan de acción conciso. Para gestionar los fondos adecuadamente, es esencial tener control absoluto sobre el flujo de entrada y salida del capital. Mantén la liquidez necesaria para cubrir imprevistos y evita los gastos innecesarios.
Debes establecer un presupuesto claro y utilizar la tecnología adecuada para una gestión sencilla y eficaz.
Solicitar asesoramiento de expertos puede ser una buena idea para evitar desaciertos; las personas experimentadas ya han sorteado obstáculos antes y sabrán qué hacer para evitarlos.

En conclusión, la financiación es solo un complemento para el triunfo de tu negocio, pero es necesaria. Por eso, siguiendo algunos de estos consejos, podrás hacer más fácil un proceso que, para muchos, se convierte en un dolor de cabeza. Recuerda que, aun así, ser resiliente y tener una visión clara de tus metas será lo que verdaderamente te lleve a conseguirlas.

¿Estás listo para poner en marcha esa brillante idea con la que alcanzar el éxito?