CÓMO SUPERAR EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR EN EL EMPRENDIMIENTO

Afrontar un negocio propio implica desafíos, aprendizajes continuos e instantes de duda. No obstante, uno de los inconvenientes más silenciosos, aunque comunes, es el llamado síndrome del impostor. Esa sensación de no estar a la altura, de sentir que tus logros no son merecidos o que en cualquier momento alguien descubrirá que no eres “tan bueno como aparentas”. Si te ha pasado, tranquilo no estás solo. En realidad, le pasa a muchos que se animan a iniciar algo desde el principio. Lo bueno es que se vence, y aquí te contamos cómo puedes empezar.

1. 1 Detectar ideas que te frenan y limitan

Todo inicia al notar esas ideas que boicotean tu avance. Frases como “no sirvo para esto”, “tuve suerte, no lo merezco” o “en verdad no sé qué hago” son claras señales del síndrome del impostor. Estas ideas no son verdaderas, pese a que a veces lo parezcan. Verlas es el primer paso para vencerlas.

Una opción útil es tener un cuaderno donde escribas esas ideas cuando aparezcan. Verlas escritas ayuda a distanciarse y empezar a analizarlas. Cuestiona: ¿hay pruebas reales de esto? ¿O es solo una forma negativa de ver las cosas?

1. 2 Métodos para mejorar la seguridad en ti mismo

La seguridad no surge sola: se construye con pequeñas acciones diarias. Un método bueno es el “registro de logros”. Cada día, apunta al menos algo bueno que hayas hecho, así sea pequeño. Esto ayuda a tu mente a ver lo bueno y mejorar tu autoestima.

Otra opción clave es estar con gente que te anime: amigos emprendedores, guías, amigos que confíen en ti. A veces, vernos desde la visión de otros puede ayudarnos a ver nuestro valor.

También puedes hacer afirmaciones positivas, imaginar tus metas logradas y, sobre todo, permitirte fallar sin que esto afecte tu valía personal. El error es normal, no una muestra de incapacidad.

1. 3 Métodos para identificar y apreciar los éxitos individuales

Un sinnúmero de emprendedores restan importancia a sus logros por temor a verse engreídos o porque creen que “no es gran cosa”. Sin embargo, aprender a celebrar los propios triunfos es fundamental para luchar contra el síndrome del impostor.

Similar a cómo se refuerza la autoestima, una táctica efectiva para apreciar tus logros es elaborar una lista de todo lo que has alcanzado hasta el momento en tu proyecto, desde hitos importantes hasta decisiones valientes menores. Repásala cuando sientas que te estancas o cuando surja la incertidumbre.

Otra táctica provechosa es dar a conocer tus éxitos a tu círculo emprendedor. No se trata de alardear, sino de hacer común el reconocimiento recíproco y forjar una red donde todos podamos desarrollarnos celebrando el recorrido ajeno.

Dejar atrás el síndrome del impostor no sucede de la noche a la mañana, pero es totalmente alcanzable. Cuanto más lo comprendamos, más recursos tendremos para encararlo. Y recuerda: si estás emprendiendo, ya estás haciendo algo valiente. No permitas que la duda te quite el valor. Tu dedicación cuenta, y tú también.